Las emociones, así como eran mis aliadas, muchas veces también fueron mis enemigas.
Me costó años lograr distinguirlas y usarlas a mi favor. También me costó tiempo ser coherente con mis palabras ¡Y ni te digo lo que me costó comprender la diferencia entre ser exigente y excelente!
¡Todas esas emociones me fluían hermosamente en mi danza, en el escenario, en mis clases!
¡Pero que mal me hacían en mis finanzas!
Me costaba decir que NO.
Me costaba subir el precio de las cuotas.
No le negaba el acceso a clase a nadie.
Si teníamos alumnas que con suerte nos pagaban una vez al año, también las dejaba venir para “ocupar lugar”.
Pagaba sueldos y gastos de todo tipo y nunca me alcanzaba, o siempre tenía que sacar de mi otro ingreso para pagar cosas.
Perdía dinero en las muestras porque a último momento la gente no venía o las alumnas cancelaban su participación, y claro: ¡¡¡Permitía que devolvieran las entradas o no pagaran los vestuarios!!! ¡TREMENDO!
Hasta que un día comprendí que nadie hacía nada que YO no le permitía hacer. Y como no puedo manejar a los demás, si puedo hacerlo conmigo misma.
Fue entonces cuando empecé a tomar decisiones firmes para conmigo y me ocupé de aprender a gestionar mis emociones, capacitarme en inteligencia emocional, entre tantas otras cosas… y aprendí que la que estaba haciendo las cosas que no me gustaban era YO, no los otros.
Luego de reconocerme ante esas situaciones, empecé a darme cuenta de cuánto influían en mis finanzas.
Sí, sí. A mí, que trabajé toda mi vida en empresa, en emprender en qué sabe cuánta cosa de negocios, las emociones me traicionaban y no me dejaban ganar dinero. Por eso, INCLUSO YO llegué a pensar que sí era cierto… ¡QUE NO SE PODIA VIVIR DEL ARTE!
Cuando toda esta crisis pasó, me abrió muchas posibilidades. No solo encontré mi propósito, sino que además volví mi negocio inteligente. Esto todo gracias a Bienestar By Me.
¡Sí! Así como lo lees: ¡mi otro emprendimiento que inicié en paralelo fue el puente a todo lo que estoy logrando hoy! Porque me hizo empezar de cero, y con eso, me trajo un abanico de oportunidades y nuevos conocimientos que al instante apliqué en mi negocio de la Danza. ¡Fue la mejor decisión de mi vida!
Así que mi primera recomendación para que tus finanzas mejoren es: ¡GESTIONÁ TUS EMOCIONES, QUERIDA! Y vas a ver como todo va a mejorar.
Hoy soy una mujer mucho más madura. Solo regalo lo que quiero regalar y sé que a la larga va a volver de alguna manera. Me capacito en finanzas todo el tiempo, y en negocios. Eso a la vez me hace mejor en mi danza.
Armo presupuestos, controlo gastos. Invierto en mi misma. Aprendí a destacarme, a diferenciarme, no tengo vergüenza ni miedo del que dirán.
Y te lo quiero contar, mostrar y ayudarte a que hagas lo mismo. Por eso lancé mi Curso Empresarias en la Danza, para que vos también puedas armar desde cero tu negocio, sostenerlo o escalarlo.
Quiero que puedas contar con los mismos recursos que yo conté para lograr cambios positivos y ser hoy mi mejor versión profesional, artística y financiera.
Te invito a que veas mis videos en YouTube en donde te cuento más de todo esto.
O a que veas la información del curso y las preguntas frecuentes aquí.
Te abrazo virtualmente
Maru